Diez años después de la adopción de las Reglas de Bangkok, los países han fracasado en gran medida en su aplicación, mientras que el número de mujeres encarceladas ha aumentado drásticamente.
Moshenska y Shelly sostienen que la arqueología del consumo de drogas puede arrojar luz sobre prácticas locales de salud pública y experiencias vividas, así como sobre el impacto de leyes nacionales e internacionales sobre el consumo de drogas.
Wisse et al. sostienen que cambios en las respuestas estatales al consumo de drogas y temas relacionados deben preparar el camino para el cambio positivo y sostenible en los sistemas sanitario y de justicia penal.
Rigoni et al. sugieren que, pese a los retos relacionados con la obtención de recursos, la sociedad civil puede aportar valor al monitoreo de la reducción de daños en la región.
El Departamento de Salud y SIIS Fundación Eguía-Careaga destaca el impacto desproporcionado del COVID-19 sobre las personas usuarias de drogas, en particular aquellas en situaciones de mayor vulnerabilidad.
EHRA examina los servicios para reducción de daños que brindan 10 países a personas que consumen drogas, en un entorno de emergencia de la salud pública.
HRI y el IDPC discuten algunos de los retos actuales y emergentes que enfrentan específicamente las personas detenidas por delitos relacionados con drogas, así como quienes consumen drogas y se encuentran en situación de detenidos.
Baltazar et al. arrojaron luz sobre el impacto positivo de acceder a centros de acogida y servicios relacionados, respecto a la salud de las personas que consumen drogas.