El anuncio marca un claro distanciamiento con las políticas de drogas represivas y abre la puerta a complejas discusiones con instancias internacionales.
Las minorías étnicas siguen viéndose afectadas de manera desproporcionada por la aplicación de la ley y atendidas de forma inadecuada por el sistema sanitario.
La mayoría de los asesinatos tienen lugar en zonas con altos niveles de desigualdad en la tenencia de la tierra, poca o ninguna presencia del Estado y cultivos ilícitos.
El Gobierno federal tiene la intención de asignar 30,5 millones de dólares extraordinarios durante cinco años para enfrentar la crisis que vive el país.