El encarcelamiento de las mujeres involucradas en delitos de droga de bajo nivel no contribuye efectivamente a hacer frente al problema mundial de las drogas, sino que perpetúa un ciclo vicioso de marginalización que acrecienta injusticias.
El enfoque de tolerancia cero ha sido defendido en términos de protección de la salud pública. En la práctica, hace lo contrario, acrecentando injusticia y corrupción.