Mientras los Estados Unidos perseveran en su inútil campaña de bombardeos contra los laboratorios, en Afganistán y los países vecinos florece el mercado de la metanfetamina.
En nombre de la meta de “un mundo libre de abuso de drogas”, se continúa perpetuando y justificando violaciones a los derechos humanos, pues buscando como fin último la erradicación de las drogas, se atenta contra la vida, el sustento, y la integridad de las personas involucradas en estas economías y dinámicas.