Un reciente estudio elaborado en California desmiente el mito de que el consumo de drogas es el factor principal que impulsa que la gente se quede sin hogar; el estudio plantea eliminar la criminalización y estigmatización del consumo de drogas para facilitar el acceso a una vivienda segura y estable a personas sin hogar.
Aunque ofrecen una vía para la no criminalización de la primera y segunda intervención en delitos de posesión de drogas, las elevadas multas conllevan el riesgo de perpetuar el involucramiento de las personas que usan drogas en el sistema legal penal, particularmente las más vulnerables.
Los participantes declararon haber mejorado su salud y sus expectativas de vida, incluyendo la dependencia de las drogas callejeras, interacciones dañinas con la policía y exposición a la violencia.
La declaración subraya que los Estados que mantienen la pena de muerte por delitos relacionados con las drogas contravienen inequívocamente el derecho internacional.
El acuerdo se produce en un contexto de creciente violencia en Ecuador, así como de una larga historia de implicación de EEUU en la política de drogas latinoamericana.
La nueva política acierta en reconocer el fracaso de la "guerra contra las drogas", pero se queda corta en cuestiones relacionadas al cultivo de coca, seguridad en contextos rurales, arquitectura institucional, entre otras.
Bolivia solicita una revisión crítica de la hoja de coca, argumentando que la clasificación actual va en contra de las pruebas científicas y vulnera los derechos, en particular de los pueblos indígenas.
Luana Malheiro discute las intersecciones entre la "guerra contra las drogas", el patriarcado y el racismo, así como avenidas para debilitar y acabar con estas formas de opresión.
Recientes declaraciones del canciller colombiano preocupan por su posición moralista y estigmatizante de las personas usuarias de drogas, contradiciendo el discurso incluyente que el gobierno de Petro ha priorizado hasta el momento.
Más de un centenar de organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo instan a la comunidad internacional a atender la invocación del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU para reformar el régimen mundial de control de drogas y las leyes nacionales sobre estas sustancias.