El Fondo Mundial se complace en anunciar que ya está abierta la 11ª Convocatoria para propuestas. El Programa sobre Salud Pública de Open Society ofrece orientación sobre cómo incorporar buenas prácticas en materia de reducción de daños en las propuestas dirigidas al Fondo Mundial.
La respuesta al VIH en Nepal se ve amenazada debido a la escasez de recursos internacionales, lo cual está generando una profunda inquietud sobre la creciente crisis de salud pública en el país. Varias redes de personas que consumen drogas han emitido un comunicado de prensa en que solicitan una revisión de intervenciones eficaces y de calidad para la reducción de daños.
El Gobierno israelí ha aprobado una serie de procedimientos y sistemas de supervisión para el suministro de cannabis con fines médicos y científicos.
These briefing notes by the Open Society Public Health Program offer guidance on how to incorporate harm reduction best practices into proposals for the Global Fund Round 11.
Entre las particularidades de la ley está que deberá incluirse en el Sistema Nacional de Salud el tratamiento para la rehabilitación de las personas con problema de adicción a las drogas y de este modo asumir el tema como un asunto de salud, por encima de la persecución a los consumidores.
La legalización del cannabis y la imposición sobre su consumo de una tasa similar a la que tiene el tabaco reportaría al Estado francés 1.000 millones de euros anuales, además de no provocar una subida del consumo, según un estudio revelado el 2 de agosto.
Cuando Usaid fue expulsada del Chapare, a mediados de 2008, el programa de desarrollo alternativo, iniciado casi dos décadas atrás en el trópico de Cochabamba, sufrió “serios” altibajos porque la entidad extranjera dejó de financiar distintas etapas de este proyecto.
En los últimos meses, el diputado Sebastián Sabini, del oficialista Frente Amplio, presentó un proyecto de ley para fijar en ocho plantas el cultivo doméstico de marihuana, entre otras medidas relacionadas con la lucha contra el narcotráfico.
Mil 193 proyectos productivos impulsados por el Gobierno y la Comunidad Internacional, mantienen libres de ilícitos 2.2 millones de hectáreas.
Unas dos décadas después de que Estados Unidos saliese de lo peor de su epidemia de crack, las autoridades brasileñas están viendo como la barata droga se extiende por su país. Y tienen muchos menos recursos para lidiar con ella.