Consecuencias de la aspersión aérea en la salud: Evidencia desde el caso colombiano

Publicaciones

Consecuencias de la aspersión aérea en la salud: Evidencia desde el caso colombiano

11 octubre 2013

Durante los últimos treinta años Colombia ha sido un jugador de primer orden en los mercados internacionales de drogas ilegales, especialmente en el mercado de la cocaína. Antes de 1994, en Colombia se cultivaba relativamente poca coca. Sin embargo, con las políticas implementadas bajo el gobierno peruano de Alberto Fujimori durante la primera mitad de los noventa, se bloqueó el tránsito aéreo que conectaba los centros de cultivo en Perú y Bolivia con los centros de procesamiento de la hoja de coca o las pasta en clorhidrato de cocaína en Colombia. Esto hizo que durante la segunda mitad de la década de los 90s los cultivos de coca se trasladaran de Perú y Bolivia hacia Colombia. Como consecuencia, durante la segunda mitad de los noventas, los cultivos de coca en Colombia aumentaron rápidamente y Colombia pasó a ser el principal país productor de hoja de coca y cocaína en la región Andina (y el mundo).

Como consecuencia del significativo aumento en los principales indicadores de producción y tráfico de cocaína en el país, en septiembre de 1999 el Gobierno colombiano anunció una nueva estrategia, financiada parcialmente por el gobierno de Estados Unidos, que habría de conocerse como el Plan Colombia. Cuando se concibió, el Plan Colombia tenía dos objetivos principales: primero, reducir la producción de drogas ilegales (principalmente cocaína) en un 50% en los siguientes 6 años y, segundo, mejorar las condiciones de seguridad en el país, recuperando amplias zonas del territorio nacional que estaban bajo el control de grupos armados ilegales.

Las principales estrategias utilizadas bajo el Plan Colombia para combatir la producción y tráfico de drogas han sido las campañas de aspersión aérea de cultivos de coca, la erradicación manual de cultivos ilícitos, el control de precursores químicos usados en el procesamiento de la coca, la detección y destrucción de laboratorios para el procesamiento de hoja de coca (cristalizaderos) y la incautación de cargamentos de drogas en ruta hacia el exterior. De estas estrategias anti-drogas, la aspersión aérea de cultivos ilícitos ha sido tal vez la principal, y a la que más recursos presupuestales se han destinado desde el inicio del Plan Colombia.

Suscríbase a las Alertas mensuales del IDPC para recibir información sobre cuestiones relacionadas con políticas sobre drogas.