En el municipio colombiano de Barichara, donde una empresa canadiense compró una finca de 17 hectáreas para cultivar cannabis, la población está preocupada por el consumo de agua y afirma que no se la ha tenido en cuenta en la toma de decisiones.
A pesar de que las autoridades federales podrían apelar la decisión, el fallo representa un paso en la dirección correcta para que estos servicios, fundamentados en pruebas científicas, se desplieguen en los Estados Unidos.
El panorama finlandés en el ámbito del cannabis podría cambiar tras las recientes elecciones y este hecho podría influir posteriormente en los Estados miembros de la UE.