Youth Rise difunde las principales conclusiones de su Informe, que examina datos cualitativos de 8 países que ponen de relieve los retos y las necesidades de las personas jóvenes usuarias de opiáceos, desde una perspectiva de reducción de daños y derechos.
En esta sesión informativa sobre el 67º periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes (CND) de la ONU se debatieron los avances, los puntos muertos y las posibles vías de progreso para el régimen de control de drogas de la ONU.
La estigmatización, desigualdad racial y políticas restrictivas en la prescripción de fármacos siguen dificultando el acceso a tratamientos que salvan vidas, basados en evidencias.
Nelson y Dumbili presentan un número especial de "Drogas, hábitos y política social", el cual arroja luz sobre los factores sociales y estructurales que impulsan el consumo de opiáceos en el continente, y las repercusiones de las políticas restrictivas.
Harm Reduction International presenta una actualización de datos clave en su informe insignia, incluyendo el lanzamiento de un nuevo espacio para consumo de drogas en Colombia.
Paradise et al. subrayan la importancia de incorporar las voces de personas sin hogar para el desarrollo de programas de vivienda y de tratamiento del consumo de sustancias.
Dado que las muertes por sobredosis en Escocia siguen siendo las más elevadas en Europa, los expertos piden al gobierno que vaya más allá del proyecto piloto de un centro de prevención de sobredosis y ponga en marcha múltiples centros, un servicio nacional para verificación de drogas, y la ampliación del tratamiento con diamorfina.
La Procuradora General de Escocia da luz verde a un centro para prevención de sobredosis, que salvará vidas y proporcionará un acceso crucial a asistencia para quienes lo necesiten.
Los espacios seguros para el consumo de drogas evitan muertes por sobredosis y reducen el riesgo de transmisión de enfermedades, pero obstáculos políticos y burocráticos siguen retrasando la puesta en marcha del primer espacio de inyección supervisada en Dublín.
Bonn et al. responden a los críticos del modelo de suministro seguro, subrayando la importancia de éste para reducir las muertes accidentales por intoxicación con drogas, y para mejorar la salud y el bienestar de quienes las consumen.